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jueves, 1 de julio de 2010

Aves Autóctonas

Gracias al extenso territorio y a la gran variedad de climas, Argentina presenta una enorme cantidad de aves diversas. Algunas viven en la selva y el chaco, otras en los esteros y lagunas, otras especies buscan las costas o las aguas heladas, otras las montañas y otras que habitan en las llanuras. Estos especímenes no solo difieren en sus hábitats sino también en sus formas, tamaños, colores y alimentación.

Si nos ponemos a pensar en aves grandes argentinas, el cóndor, es quizás el primer ejemplar que se nos ocurre. El cóndor andino es considerado unas de las aves más grandes y pesadas. Tiene una envergadura de alas que alcanza los 3,5 metros; los machos, más pesados que las hembras, pesan unos 11,5 kg. Alcanza a medir casi 1 metro, llega a la cintura de un hombre. Es un ave rapaz diurna, de cabeza y cuello desnudos, plumaje negro azulado, collar y espalda blancos, cola pequeña y pies negros. Habita en Los Andes como bien lo describe su nombre. Por su función de carroñero es una pieza importante en el equilibrio de los ecosistemas del que forma parte y es muy útil para la salud de muchos animales, porque al consumir rápidamente los cadáveres elimina fuentes de contacto de enfermedades o focos de contaminación. Por eso hay que evitar su desaparición.


Los ejemplos más comunes de aves costeras son claramente las gaviotas. Son palmípedas de plumaje generalmente blanco, pico anaranjado y dorso ceniciento, viven en las costas y se alimentan de peces. Ocho especies se encuentran en los mares Argentinos de las cuales una de ellas reside exclusivamente en la zona marítima caracterizada por fuertes vientos. Debido a su espeso plumaje estas aves no pueden sumergirse ni levantar vuelo desde una superficie plana sin ayuda del viento. El tamaño de las gaviotas, desde el pico a la cola, va de 27 a 80 cm. El pico es ganchudo. Sus alas son buenas para planear y también para volar con tanta rapidez como los halcones.


Nos vamos al centro y en el nordeste de nuestro país y la franja cordillerana del Noroeste y de la Patagonia. Allí podemos encontrar al ñandú común y al ñandú petiso. Es un ave de gran tamaño, patas extraordinariamente desarrolladas, alas inútiles para el vuelo y cuello largo. Se lo llama el avestruz americana. Fueron los guaraníes quienes lo denominaron de esa forma. Si no se los molestan, se acercan a los lugares habitados, pero en las zonas en que se los caza, se tornan huraños, ariscos, y corren a gran velocidad, extendiendo sus alas hacia atrás. Para cambiar de dirección, estiran una de las alas, para lograr ayudarse con el viento. Se alimenta de hierbas, bajando su cabeza y largo cuello. También, de granos, pan, moscas e insectos que atrapan en el aire; a veces no desprecian elementos de metal, monedas, piedritas, etc.


Un ave que habita en la mayor parte del territorio argentino, salvo la zona cordillerana, y se puede encontrar en patios, parques, quintas y jardines es la calandria. En América existen diez especies, cinco de ellas pueden escucharse en Argentina. Son de tamaño pequeño. Presentan la uña del dedo posterior muy alargada. El plumaje de la Calandria común, es similar en ambos sexos, con tonos pardos, el vientre blanco y una zona negra en el cuello. Pesa 80g. y mide entre 25 y 27 centímetros, posee pico y patas negruzcas. La belleza insuperable de estas aves radica en su voz y en sus atributos de "compositora". Es un pájaro que tolera la presencia del hombre y habita en las cercanías de los lugares habitados o modificados por éste. Cuando comienza la época de reproducción, los machos sin pareja pueden cantar durante la mayor parte del día, a fin de atraer a las hembras.
Éstas son solo algunas pocas aves de las tantas que existen en nuestro país. Las elegimos porque son algunas de las más reconocidas. No dejen de visitar http://www.avesargentinas.org.ar/cs/index.php